retórica, letrada o labiosa
A veces, las palabras son como la respiración o los latidos del corazón, poderosas y vitales, pero también inconscientes. Repetitivas, sus ladrillos construyen las ideas sobre nosotras mismas.
Cuando digo nosotras, me refiero a las personas. El lenguaje atraviesa nuestras vidas, y la violencia atraviesa el lenguaje. Esta forma de acción y comunicación cotidiana, es una transmisión constante de mensajes que se repiten mecánicamente: aprendemos las palabras que escuchamos y la mayor parte del tiempo las reproducimos inconscientemente. Construimos una realidad en común dentro de los espacios por los cuales transitamos.
El título de la exposición se relaciona al hecho común de subestimar lo que estén “chismeando” las mujeres; y por otro lado, el sentido de “adornar” lo que se está diciendo. La obra ofrece imágenes “adornadas” por testimonios y/o testimonios “adornados” por imágenes. La obra necesita de las palabras (letrada) para ser. La exposición refleja el comienzo de una larga búsqueda: las palabras y el lenguaje tienen aún mucho para ser desmenuzadas, rebuscadas, transgredidas.
Encontré en relatos de mujeres cercanas a mi, violencias, dinámicas cotidianas y comunes, que muchas mujeres pueden reconocer como experiencias propias. Busco trabajar sobre relatos de más mujeres, de hombres, de personas de la diversidad sexo-genérica para ampliar este paisaje lingüístico y de nuestra cotidianidad.
La intención de este trabajo ha sido exponer historias reales, profundas, dolorosas y valientes, que he creído que pueden ser reconocidas y encarnadas por la persona espectadora que las lee a través del la línea, el dibujo y la palabra. He querido ofrecer varias lecturas del lenguaje usando los caligramas para construírlo, deconstruírlo y resignificarlo a la vez.
El título de la exposición se relaciona al hecho común de subestimar lo que estén “chismeando” las mujeres; y por otro lado, el sentido de “adornar” lo que se está diciendo. La obra ofrece imágenes “adornadas” por testimonios y/o testimonios “adornados” por imágenes. La obra necesita de las palabras (letrada) para ser. La exposición refleja el comienzo de una larga búsqueda: las palabras y el lenguaje tienen aún mucho para ser desmenuzadas, rebuscadas, transgredidas.
Encontré en relatos de mujeres cercanas a mi, violencias, dinámicas cotidianas y comunes, que muchas mujeres pueden reconocer como experiencias propias. Busco trabajar sobre relatos de más mujeres, de hombres, de personas de la diversidad sexo-genérica para ampliar este paisaje lingüístico y de nuestra cotidianidad.
La intención de este trabajo ha sido exponer historias reales, profundas, dolorosas y valientes, que he creído que pueden ser reconocidas y encarnadas por la persona espectadora que las lee a través del la línea, el dibujo y la palabra. He querido ofrecer varias lecturas del lenguaje usando los caligramas para construírlo, deconstruírlo y resignificarlo a la vez.